domingo, 26 de abril de 2009

EN ROMERIA, HASTA UJUÉ

Un año más, hemos cumplido la tradición. Al margen de creencias o no creencias, fervores o simpatías y a pesar de las malas previsiones climatológicas –ha hecho mucho frío-, buen número de tafalleses y de otros pueblos comarcanos, hemos continuado la tradición heredada de nuestros antepasados, acudiendo en romería hasta el Santuario de Ujué.
Yo tengo que reconocer que no he podido subir andando. Un inoportuno esguince en el pie -por segundo año consecutivo- me ha obligado a hacer el viajes en autobús, muy a mi pesar, aunque después de oirles a mi hermano Iñaki, a Manolo Ibáñez y compañía el frío que habían pasado, ya no me importaba tanto.
No estaba la imagen “oficial”, pero creo que esto les importa solo a unos pocos. Tampoco se ha accedido a la iglesia, puesto que está en obras, y las celebraciones religiosas han tenido por escenario el Paseo de Ronda, donde, por cierto, el frío era exagerado.
El día de la romería, al menos para mí, es un día bonito. Esa mezcla de religiosidad y fiesta tiene su encanto. Hasta los más agnósticos cantan en esta fecha con fervor las típicas letrillas a la Virgen morena, que desde su atalaya ujuetarra extiende su manto por toda la comarca.
La romería de Ujué es un día de reencuentros. Amigos y conocidos a los que vemos de año en año en día como el de hoy. Saludos y abrazos por el camino, saludos y abrazos para los amigos que también siguen en Ujué cada año, como Iñaki Zulet, a quien vemos por aquí en una fotografía del año pasado, al frente de su “hipermercado” bien provisto de las tradicionales almendras garapiñadas, de los sucesores de Estefanía Arangua.
Este año, y por el mucho frío que hacía, la popular “Plaza de abajo”, estaba vacía; bueno, casi vacía, porque no faltaban romeros bien curtidos, como los buenos amigos Jesús y Ángel Baztán, y José Luis Orzanco, además de la cuadrilla de mi hermano en pleno.
Después de unas reparadoras cervezas, los hay a quienes no les gusta perderse la misa de los auroros. Canciones de toda la vida, dedicadas a la Virgen, con la música de la aurora como acompañamiento al entonar la popular, "Hoy Tafalla se postra a tus plantas". Cuco y Paco aprovehan para ir haciendo el fuego donde asar las costillas.
La romería es un continuo pesebre desde que se sale de casa. En San Martín, la pasta con la mistelica; poco más adelante el almuerzo. La comida, para qué contar. Si el tiempo no acompaña, como en esta ocasión, apenas si se ven humear fogatas para asar costillas o peparar calderetes, así que hay que buscar el regufio en mesones, asadores, la casa de Cuco o en cualquier bajera prestada. Y la jornada gastronómica termina, de vuelta en San Martín, con la merienda. ¡Pero si acabamos de comer!; es igual, ¡hay que merendar!.
La vuelta hasta Tafalla se hace más renqueante; se acusa la paliza de la jornada. La ermita de San José se divisa pronto, pero qué largo se hace llegar hasta allí. Yo, vuelvo a recordar que el viaje lo hice comodamente sentado, pero la sensación la he vivido otras veces. Lo digo porque, seguro que hay algún "vivillo" que ya me estaba poniendo a caldo al leer esto.
Si alguien se ha quedado con sed, tiene tiempo, en la Cantina de la Estación, de remojar un poco el gaznate antes de subir en fila, todos entunicados, hasta Santa María.
En esta edición, por cierto, no se han dejado ver los políticos forales por la romería. Hacía mucho frío, no hay nada que prometer por ahora o el helicóptero no estaba disponible. ¡Vaya usted a saber!. Lo que más les preocupaba, el TAV, ya lo tienen comprometido, así que a disfrutar del fin de semana. Grrrrr...
Y ya está. ¡Joé, qué poco me he cansado esta vez!.


Ángel y Jesús Baztán, junto a José Luis Orzanco. romeros de toda la vida.


Otros que no faltan ningún año: Emilio Latorre, Manolo Ibáñez, Atxu Ayerra e Iñaki Zubiri -que se sepa que el de blanco no subió andando-.


Iñaki Zulet, el año pasado, vendiendo las tradicionales almendras garapiñadas.



La tradición de ir a Ujué se mama desde pequeños, aunque es bien cierto que los jóvenes, en general, "pasan" de continuar con la tradición


Los romeros entunicados se dirigen hacia la iglesia de Santa María, en Tafalla, una vez cumplido de nuevo el voto milenario