Una vez superada la ciclogénesis explosiva, que, afortunadamente por estos lares, no ha dejado grandes daños, el tiempo nos ha sorprendido hoy con un día extraordinario, que hemos aprovechado para realizar una excursión familiar por la Valdorba.
Mi padre tenía ilusión por visitar Iracheta, el pueblo de sus ascendientes, al que no iba desde hacía un buen puñado de años.
Pero antes de visitar la población valdorbesa, que alberga el extraordinario hórreo prerrománico y el Ayuntamiento de Leoz, nos hemos ido hasta Mairaga.
Después de las muchas lluvias caídas estas largas semanas, había curiosidad por conocer el nivel del embalse.
La alegría para nuestros ojos ha sido comprobar que la presa está a tope, sobrándose agua por el aliviadero. Así pues, tenemos, pienso yo, reservas suficientes para afrontar el verano, aunque éste sea caluroso a tope.
Da gusto ver estas imágenes del mar de la Valdorba, Mairaga.
3 comentarios:
Efectivamente, da gusto verlo así y veros a los tres admirándolo en la primera foto. Por cierto, no sabía de tu ascendencia valdorbesa.
Iracheta ¡Dios, que recuerdos! Allá pasé varios veranos de mi infancia en casa del tío Arquelao y la muy querida y siempre recordada tía Leandra; vivir aquellos veranos era como ser un salvaje libre e inocente, no tener que lavarte aunque hubieras estado toda la tarde arrastrándote por el polvo, cagar en el gallinero asustando a las gallinas que querían picotear(te) vete a saber qué, unas camas del tamaño de las que imaginabas en los cuentros de ogros, pero sobre todo el cariño de la tía. Muchos años después quise volver, mi hermana me contó que el pueblo estaba precioso, me lo pensé y preferí quedarme con ese vago recuerdo de momentos felices.
Si primo Manolo, los Izco provenimos de esa maravillosa tierra y la abuela de Javier, otra de esas mujeres adorables y entrañables, Antonia Izco de allí provenía. (Si no me equivoco)
Si no se llena este año ya no se llenaba nunca. Precioso.
Sí, sí, de Iracheta procedía mi abuela Antonia Izco. Y por cierto Herri, hablando con una mujer del pueblo salieron a relucir los nombre de Arquelao y Leandra, ¡cómo no!.
Yo, de todas formas, sí que te animaría a que un día de los que estés en Tafalla, nos vayamos de excursión hasta Iracheta. Será bonito que vuelvas a recordar aquellos veranos y, por qué no, a disfrutar de lo precioso que está el pueblo ahora.
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